Ante la crisis ecológica planetaria, las preocupaciones de nuestros antepasados han cobrado fuerza y nuevas formas de comprender el mundo han aparecido en el discurso, en la imagen y en la acción. El encuentro entre estas ecologías “alternativas” y las que se desprenden del recorrido crítico del pensamiento moderno está ofreciendo la posibilidad de construir, antes que un concepto acabado de lo humano, una práctica histórica de humanidad.